LXVII Millas Romanas de Mérida, por Víctor Lemus

trofeoLa Idea

Hará ya más de dos años que hablando con mi hermano José Antonio, me comentó la idea que tenía de realizar esta prueba, idea que él transformó en realidad y que consiguió realizarla en un segundo intento.

Poco a poco esa idea para mí se fue transformando en curiosidad, en un nuevo reto, una nueva aventura. Llevo toda mi vida haciendo deporte, primero con el fútbol, seguido del baloncesto y desde hace casi seis años con el running. Años en las que he probado a hacer de todo, desde distancias cortas, medias maratones, maratones, carreras de montaña cortas y largas, pero este reto era diferente, es una distancia a la que no me había enfrentado nunca y una prueba distinta a todo lo realizado anteriormente.

Y cuál fue mi sorpresa que al comentarlo con Arantza (mi mujer), no solo me animó sino que me dijo que  iba a intentar hacerlo conmigo. He de decir que también practicamos senderismo y esa sí es una actividad que compartimos los dos. Estamos acostumbrados a andar y pensamos que con un poco de preparación superaríamos este reto fácilmente. Ahora había que buscar compañía y cómo no, mi hermano se animó y con él dos amigos más, Candi y Toni. Por supuesto que en el primero que pensé fue en Antonio Jiménez Galán, alias el «mudo», con el que he compartido muchos momentos y que me ha enseñado todo lo que sé de este mundillo del running y que sin pensárselo también aceptó la propuesta, enseguida nos pusimos a ello.

La prueba

La prueba en sí es una prueba de resistencia y que se puede realizar corriendo, caminando o ambas. Debido a la diversidad del grupo decidimos hacerla andando en su totalidad y que pudiéramos acabarla el mayor número posible. Tiene una distancia de LXVII Millas Romanas o lo que es lo mismo, 100 kilómetros aproximadamente. Es una prueba «nonstop» con un Rutómetro y dos circuitos a realizar, el primero de 60 kilómetros y el segundo de 40 kilómetros. Hay que realizarla en un tiempo máximo de 24 horas y hay que ir pasando por distintos controles en las que te van sellando el Rutómetro. En todos los controles existen avituallamientos, tanto líquido (agua-bebidas isotónicas-cerveza sin alcohol-zumos), como sólidos (fruta, frutos secos, chocolatinas, dulces). Decir que un avituallamiento de la noche consistía en una cena completa, al finalizar el primer circuito que es a primera hora de la mañana, el avituallamiento consistía en un desayuno y que otro de ellos que coincidía con el mediodía, también nos dieron de comer, por lo que no se hace necesario llevar demasiadas cosas en la mochila, aparte de agua, obligatoria por la organización. Al menos para realizarla andando.

Daba comienzo a las 21 horas de la noche del día 4 de abril de 2014 y terminaba a las 21 h del día 5. Por lo que había que pasar toda la noche andando, siendo necesario la ayuda de un frontal que iluminara la noche así como una luz roja en la espalda. También obligatorio por la organización.

Y lo que empezó como una idea lejana se fue convirtiendo en realidad, había que comenzar a planificarla y prepararla, con entrenamientos específicos pero que desconocíamos, no sabíamos cómo prepararla, si con tiradas largas caminando, si corriendo muy lento, por lo que creo que la preparación no fue la adecuada al menos en la parte física, que es importante, pero no lo que más… Esta prueba tiene mucho de cabeza, de dureza mental, hay que ser mentalmente muy fuerte para no abandonar porque dificultades físicas las vas a tener sí o sí. Te va a doler todo el cuerpo, sitios en los que pensabas que no podía dolerte te van a doler y por supuesto, las temidas ampollas, que es muy posible que te salgan.

Preparados, listos... YA!!!

Preparados, listos… YA!!!

El día D

Y llegó el día de la prueba, las previsiones del tiempo es que nos iba a llover por la noche y por la mañana, despejándose al mediodía y sol por la tarde.

A las 15: 30 habíamos quedado con Antonio para llegar con tiempo al pabellón y recoger los dorsales y preparar toda la logística. Después de un cafetito, llegada al pabellón, recogida de dorsales, fotitos de rigor, charlas con compañeros y juntarnos el grupo. Nervios por temor a lo desconocido, muchos ánimos de los familiares que fueron a despedirnos y sin darnos cuenta nos encontrábamos en la Plaza de España de Mérida, 1º PUNTO DE CONTROL,  comiendo un bocadillo minutos antes de la salida. Fue allí donde nos encontramos con Ángel, un amigo de Antonio que también se apuntó al grupo. Ambientazo en la plaza con ese aire que se respira de competición, pero sano y agradable.

Y dieron las nueve de la noche cuando escoltados por la Guardia Pretoriana salimos por las calles de Mérida pasando monumentos emblemáticos de tan bella ciudad, templo de Diana, Anfiteatro Romano, el cual estaba a oscuras pero en ambos lados voluntarios romanos iluminaban nuestro paso con antorchas, emocionante y precioso. Poco a poco nos fuimos alejando de la ciudad, adentrándonos en la oscuridad de los caminos como una procesión de luces que se perdían en la distancia, la estampa era preciosa, acabábamos de empezar y los ánimos y el cuerpo estaban intactos.

Km. 11.9 TRUJILLANOS. 2º PUNTO DE CONTROL.

Llegamos eufóricos y casi sin darnos cuenta, los nervios todavía en el estómago, muchas risas por el camino, muy bien de fuerzas, un poco de agua, algo de naranja, sello y seguimos.

2º PUNTO DE CONTROL Kilometro 11.9 (TRUJILLANOS)
2º PUNTO DE CONTROL Kilometro 11.9 (TRUJILLANOS)
Km. 19.05 VALVERDE. 3º PUNTO DE CONTROL

Había comenzado a llover, por lo que se hacía más molesto andar y más monótono, no obstante los ánimos seguían muy bien, con continuas bromas y buen ambiente. Las fuerzas de momento seguían bastante bien. Llevábamos un ritmo bastante constante y estábamos dentro del tiempo que previamente habíamos planeado. Todo seguía bien. Otro poco de agua, isotónicos y algo de fruta es lo que yo tomé.

Km. 30.52 VILLAGONZALO. 4º PUNTO DE CONTROL
La cena que nos dieron en el 4º Punto de Control, Viilagonzalo

Nuestra cena…

Llegamos a Villagonzalo, lugar en el que la parada era obligatoria para cenar, seguía lloviendo, y es en este punto cuando se produce el primer abandono en el grupo, Candi, no se encontraba con fuerzas para seguir y decidió abandonar en este punto, un palo para todos, pero que en definitiva, sabíamos que podía ocurrir, que todos no lo íbamos a conseguir y que si alguien abandonaba, el resto seguiríamos hasta conseguirlo. Cenamos y a la vez dimos descanso a los pies, que ya comenzaban a quejarse un poco, pero bastante bien de momento. La noche ya era cerrada, cerca de las tres de la madrugada y los ánimos seguían bien. Había que conseguirlo.

Km. 38.43 LA ZARZA. 5º PUNTO DE CONTROL

Y llegamos a La Zarza sobre las cuatro de la madrugada, la lluvia aparecía y desaparecía, no estábamos muy mojados y la temperatura era agradable, aunque yo, que soy bastante friolero, llevé puesto un pasamontañas que me regaló el amigo Baldomero y me ayudó a superar el poco frío que hizo. Cada vez se hacía un poco más pesados y monótonos los tramos, los kilómetros pasaban cada vez más despacio. La noche se hacía dura, no tanto física sino mentalmente, pero lo fuimos pasando con alegría. Es aquí en este punto cuando a Arantza comienzan a dolerle un poco los gemelos, dolencia que a la postre sería su lastre y lo que le obligaría a abandonar, pero eso más tarde. Cogí su mochila para que fuese más descansada y seguimos.

Km. 48.44 DON TELO. 6º PUNTO DE CONTROL

Este punto no se trata de ningún pueblo como los anteriores, es un punto que se encuentra en mitad de un largo paseo fluvial que lleva hasta Mérida. La noche se hace cada vez más pesada, comienzan dolores en la planta de los pies, y los gemelos de Arantza, que van a más, no queremos pararnos mucho porque faltan 12 kilómetros para llegar a Mérida y completar el primer circuito de 60 kilómetros.  Son algo más de las seis de la mañana y no llevamos ni la mitad, comienzan los pensamientos pesimistas, pero la fortaleza mental sigue intacta. Hay que seguir.

Km. 60. MÉRIDA-PABELLÓN DIOCLES. 7º PUNTO DE CONTROL

Éste fue el tramo más pesado y duro de todos para mí, ya que los dolores en los gemelos de Arantza eran cada vez más fuertes y sus fuerzas eran ya muy escasas, siendo un poco de lastre para el grupo que avanza más rápido que nosotros ya que yo me quedé con ella para darle ánimos y apoyarla, pero poco a poco los ánimos iban decayendo lo mismo que sus fuerzas. Amaneció y comienzo un día nublado y gris, muy triste, igual que íbamos nosotros, yo porque veía que mi niña no lo iba a conseguir y pensando qué hacer, si abandonar con ella o continuar, decidí esperar a llegar al pabellón y después del desayuno y de descansar, tomar una decisión. Mérida se veía a lo lejos y parecía que no llegaríamos nunca, el ritmo había decaído muchísimo y personalmente este ritmo a mí me mató, comenzó a dolerme todo. Llegamos al pabellón a las nueve de la mañana, doce horas y sesenta kilómetros recorridos. Cuando estábamos sellando llegó el primero en acabar la prueba, un corredor que la completó en ese tiempo, admirable, nos quedamos alucinados, y en mi cabeza surgió otra idea que… ya la pondré en práctica.

punto 6

Descanso, descanso, descanso…

Nos encontramos con el resto, parecía que veníamos de la guerra, rostros cansados, pies descalzos y botiquines rulando de unos a otros: ampollas, vendas, esparadrapos, vaselina, etc. Es en este punto cuando hicimos el cambio de calcetines y de calzado. Desayuno fuerte y segundo abandono y decisión importante, sigo o abandono. Y la respuesta me la dio Arantza que me animó a que siguiera, ya que ella no había podido conseguir me animó a que lo hiciera yo, «nada le alegraría más», me dijo. Así que decisión tomada. Seguíamos mi hermano José Antonio, Antonio, Toñi, Ángel y yo, con fuerzas renovadas y con 40 kilómetros para completarlo.

Así que sobre las diez de la mañana, comenzamos el segundo circuito, con algunas dudas en mi cabeza sobre si acabaría o no.

Km. 69,88. TRUJILLANOS. 8º PUNTO DE CONTROL

Abandonamos Mérida en dirección a Trujillanos: El día comenzaba a despejarse y poco a poco la niebla fue desapareciendo, la dura noche había pasado. El ritmo que impusimos desde el principio me vino fenomenal, fue bastante intenso y mi cuerpo parecía que empezaba a desentumecerse. Los dolores iban remitiendo, salvo el de la planta de  los pies, que seguía pero controlado. Empezamos a recuperar tiempo perdido y volvió la alegría, fue como empezar de nuevo, pero con el cuerpo mucho más castigado. Casi sin darnos cuenta nos plantamos en el punto de control y sin perder mucho tiempo continuamos la ruta.

Km. 81,25. MIRANDILLA. 9º PUNTO DE CONTROL (COMIDA)

Y llegamos a Mirandilla, punto donde comimos. Sería las 13:30 horas aproximadamente. En el camino, Antonio, Ángel y yo decidimos avivar un poco más el ritmo y, mi hermano y Toni, se quedaron un poco por atrás, aunque no por falta de fuerzas, sino por seguir ese ritmo que les venía bien.

Una buena comida, hamburguesa y bocadillo de chorizo y queso, acompañado por dulces de todo tipo, cerveza sin alcohol y el apoyo logístico de mi cuñada Mari Luz y mis dos sobrinas, Noelia y Paula, que decidieron acercarse al punto y ofrecernos su apoyo logístico y sobre todo anímico, que era lo que más se agradecía. Después de descansar un poco tocaba reanudar la marcha. Los kilómetros pesaban mucho y costaba horrores arrancar a andar de nuevo, las piernas estaban rígidas y hasta que no llevabas andando un rato no se ponían a tono de nuevo. Pero quedaba ya muy poco, 19 kilómetros escasos, palabras de ánimo, esto está hecho chavales, los ánimos volvían a estar arriba.

Reponiendo Fuerzas
Reponiendo Fuerzas
Km. 91,79. PROSERPINA. 10º PUNTO DE CONTROL, ÚLTIMO HASTA META

Mira que es grande el embalse de Proserpina, o por lo menos es lo que me pareció a mí, parecía el Océano, desde que entramos en la zona del embalse hasta el punto de control había un mundo, pero llegamos, con muchos dolores ya, pero con el final a la vista, el sol brillaba con fuerza y hacía ya bastante calor. No queríamos pararnos mucho porque arrancar costaba horrores, curiosamente me encontraba mejor andando que parado. Cuando te parabas las piernas parecían convertirse en dos palos, rígidos, que no había manera de doblar. Seguíamos los tres y un poco atrás sabíamos que venían mi hermano y Toni. Quedaba el último empujón y lo conseguiríamos.

Km. 100. MÉRIDA P.A. 11º PUNTO DE CONTROL Y META

Comenzamos esta última etapa con el convencimiento de que ya estaba conseguido el reto. Se tenían que torcer mucho, muchísimo las cosas para no lograrlo. ¡Qué eran nueve kilómetros después de 91¡. Después de una interminable subida por carril bici de unos tres kilómetros, llegamos a un alto desde el cual se divisaba la ciudad de Mérida, ya estábamos, alegría, ¡ya no quedaba nada!. Poco a poco nos fuimos acercando hasta adentrarnos en la misma, haciéndose esta última parte del recorrido por la ciudad pesadísima, ya que la organización, con buena intención, te hace como un tour por la ciudad, pasando por el casco histórico, y todos los monumentos, que son muchos y preciosos, pero que a nosotros lo único que nos importaba era llegar y veíamos que esto no se acababa. Pero por fin nos dirigimos a la pista de atletismo donde estaba ubicada la meta, con su arco y todo. Abrazos antes de entrar, cara de felicidad y de cansancio, lo habíamos conseguido. Nos abrazamos los tres y entramos en meta. ¡CONSEGUIDO!. Una sensación de alegría indescriptible. Agotado, pero feliz. Poco después llegaron los otros dos integrantes del grupo inicial con la misma alegría.

meta

Mi Experiencia

En resumen, una prueba de superación, en la que la preparación física es importantísima y la preparación mental es vital. Perfecta organización en todos los detalles, agilidad en recogida de dorsales, amabilidad en todos y cada uno de los puntos de control, con unos avituallamientos abundantes, perfecta señalización, tanto nocturna como diurna.

Agradecer, como no, a todos los compañeros de Atletas Populares de Plasencia por su infinidad de mensajes de apoyo y llamadas que recibimos durante toda la prueba, así como apoyo de familiares y amigos.

Y especialmente  a todos los que comenzamos esta aventura y que por desgracia no pudo ser completa.

El año que viene repito con mi niña que se quedó con la espinita clavada y lo quiere volver a intentar. Ahí estaré yo ayudándole a conseguir su sueño.

CARTEL(1)

2 comentarios

  1. Puerto

    Me poneis los pelos como escarpias…. con estas experiencias… sois muy grandes

  2. Jose

    Pedazo de azaña!! Tomo nota q este año mi locura es la Trailwalker!! Nos vemos en navidad. Un abrazo

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