23:00h
Camiseta, calzonas, calcetines, el dorsal, los imperdibles, las zapas, el cortaviento para ir andando hasta la salida, la mochila para poder guardarlo luego junto con la ropa de cambio… los geles, el dorsal, donde he puesto el dorsal.. aquí… vale vale… creo que me estoy empezando a agobiar, repasemos de nuevo… camiseta, calzonas, calcetines…
Así estaba yo, 4 meses después de haber empezado a trotar, metido en un follón de un medio maratón, y encima en Plasencia, mi ciudad, por si hago el ridículo que se entere bien todo el mundo… ¡no tengo remedio!, pero es que en el fondo me lo pedía el cuerpo. Y es que esto de correr ya me había enganchado, y convertirme en un «finisher» de una distancia tan respetada como los 21,097 K era toda una obsesión.
02:00h
¡¡¡Quien cojones me mandará a mi meterme en estos embolaos!!! Pero que necesidad tengo yo a mis 35 añazos!!! No lo entiendo.
02:05h
Camiseta, calzonas, calcetines…
06:30h
Vamos, vamos, hay que desayunar al menos dos horas antes de que empiece la prueba (eso por lo menos es lo que había leído) ya son las 06:30 de la mañana y solo quedan ¡¡¡cuatro horas y media!!!!!! dios mio!!! todavía!!!! me va a dar algo… Me preparo un buen café con leche, con un par de tostadas con sal y aceite y comienzan a aparecer los primeros madrugadores de la casa, Pablo (4 añitos) e Irene (6)
– Papá
– Dime Irene
– Hoy es la carrera
– Ya cariño, ya lo se
– Te vamos a aminar mucho y ahora cuando te vayas vamos a hacer unas cartulinas para que cuando pases por nuestro lado las veas y corras muchísimo más.
– Irene, creo que eso era sorpresa… pero gracias cariño, te quiero! 🙂
Por fin la primera sonrisa del día… y es que no se lo que es ser un runner solitario, se lo que es ser un runner Padre de familia, familia numerosa, y es una pasada, llegar del entrenamiento y que todos los peques estén esperando en la puerta para preguntarte cuantos kilómetros había recorrido hoy… y ver su cara de satisfacción independientemente del número de kilómetros rodados… la verdad es que no tiene precio. Correr, en mi caso, ha sido un acontecimiento para la casa entera, no solo para mi.
09:00h
Recibo un whaapps de mi amigo Javi, al pie leo: que te están esperandoooo!!! subidón!!! Pongo un whapps a Juan… en media hora salgo… la salida de la carrera estaba situada a unos 12 minutos andando desde mi casa… ya estaba todo listo, ya no había marcha atrás, y la rodilla? De momento nada de nada… faltan 3 horas para la carrera. Le doy un beso a María, ella me da un abrazo, venga cariño!!!! vamos!!!! que tu puedes!!!! bufff…
Juan Antonio de Azcárate, siempre estará en el recuerdo de esta carrera, se ofreció desde el primer momento en el que se enteró de mis planes para acompañarme en la media. Triatleta, maratoniano y un sin fin de aventuras vividas me daban la confianza necesaria para poder descargar todas mis dudas y mis inseguridades en el. Sin el, difícilmente, hubiera acabado la prueba, por lo menos corriendo…
11:55h
Cinco minutos, cinco minutos y todo habrá acabado.
Digo acabado porque que lo realmente difícil para mi no era acabar la carrera, sino reunir el valor suficiente para ponerme el la salida… es brutal lo que te rodea los minutos previos de una carrera, unos 650 corredores calentando, saltando, aprovechando para ir a los aseos… revisando todos los detalles… y yo en medio de todos ellos, disfrutando el momento, mi momento.
12,:00h
¡Baaaanng! De repente suena el pistoletazo de salida y… no pasa absolutamente nada, nos encontrábamos en la cola del grupo (no teníamos ninguna necesidad de estar los primeros y que nos pasaran todos…) y hasta que empezamos a trotar pasaron algunos segundos, segundos eternos… quería correr!!!!
Juan y yo nos habíamos marcado unas prioridades en la carrera, empezar a un ritmo de 5:30 min./K. Que era un ritmo que había entrenado y nos permitiría acabar la prueba, con el plus añadido de hacerlo en menos de dos horas.
Los primeros 5k los hicimos algo más rápido, iba cómodo e íbamos bien a un ritmo de 5:10 – 5:15 Juan me decía que no había prisa… pero contenerse no es fácil…¿ La rodilla? de momento bien. A partir de dejar el asfalto para entrar en la Isla para comenzar así el Paseo Fluvial (kilómetro 7-8) fué cuando la rodilla dijo: Hoooolaa, estoy aquí!!!, y es que unas semanas antes de la prueba, en mi ímpetu de rebajar la mejor marca mundial de todos los tiempos… pues hice un poco el cafre y me puse a hacer «Series» (por llamarlas de alguna manera) y claro, mi cuerpo como que no estaba listo… Un dolor intenso durante todo el día en la parte externa de la rodilla derecha apenas me dejo correr esas semanas, el dolor acaba de aparecer en la carrera…
El tramo desde el kilómetro 10 al 15 (donde me esperaba un avituallamiento) fue un compás de espera, había que ver como seguía la rodilla (el dolor no era muy intenso, aunque si molesto) y ver también como evolucionaba mi cansancio, me habían dicho que la prueba comenzaría en el kilómetro 17-18 y ese era justo el límite donde mis entrenos habían llegado, 17K rodando a 6:00, creerme cuando os digo que en ese tramo de la carrera la incertidumbre se apoderó de mi.
Kilómetro 15, el gel! Me tengo que tomar el gel!, Juan se encargó de cogerme la botellita de agua, me la abrió y tiro un poquito de agua para que fuera más cómodo a la hora de beber, me tome el gel, bebí el agua lo más tranquilo posible y miré para adelante, ese tramo lo había hecho bastantes veces, lo frecuentaba cada semana, sabía lo que me quedaba hasta llegar a la isla, unos 3 kilómetros con una ligera pendiente descendente junto al río, cuando llegamos a la Isla, kilómetro 17, el pánico se apoderó de mi, decidí centrarme en cada zancada y esperar, que esperaba? Ni idea, pero sabía que algo iba a pasar…
Y efectivamente, cruzando el Cañón de la Salud para enfilar la Calle Ancha empecé a encontrarme vacío, mis piernas me pesaban y me costaba mucho levantar las piernas… la calle comenzó a transformase en una ligera pendiente que descendía… pero nada más lejos de la realidad, la calle, con un giro de 90 grados, se trasformó de repente en la cuesta más empinada del mundo, la Rúa Zapatería, que tantas y tantas veces había recorrido de niño cuando iba al colegio Madre Matilde, se acaba de convertir en lo más parecido al infierno, a los lados de la calzada, corredores rendidos (que no vencidos) habían decido terminar la carrera andando, eso me desalentaba, pero Juan me decía… venga venga, estará María en la meta con los niños esperándote, están esperándote…
Son momentos muy difíciles, yo los viví lo más aislado posible, concentrado en cada paso, porque si pensaba en todo lo que me quedaba (no eran más de 3 kilómetros) me pararía en seco. Todas las calles por las que pasaba me parecían montañas de 8,000 metros, Calle Trujillo, Seminario Mayor, Calle del Sol… estaba sufriendo, solo me hacía seguir corriendo María y los niños, sabía que ellos estaban en la meta esperando, ahora tenia que llegar yo.
El ritmo, la rodilla, las dos hora… todo había pasado a un segundo plano, no me importaba lo más mínimo, solo quería acabar para poder descansar. Última cuesta, veo la meta de frente, lástima que todavía hay que bordearla durante unos 600 metros para cogerla en la recta del parque de Los Patos, enfilo la última rotonda y ahora sí, entro en la recta final de meta, que se encuentra a unos 250 metros, veo el reloj de la carrera ( 1:54:00). y un pasillo de gente apoyada en unas barandillas amarillas, no veía a María ni a los niños, sigo corriendo, de repente salen a mi encuentro todos los peques, junto a mis ahijados y van todos directos a abrazarme… NOOOO que tenemos que ir hacía la meta!!!, no se como ellos logran entenderme y se pusieron todos a correr detrás mía con un único objetivo, acabar juntos la carrera! Y lo hicimos, vaya que si lo hicimos, cruzamos la meta todos juntos, y uno segundos antes de cruzar la meta pude escuchar Migueeeel!!!! era María, se había quedado con Miguel, nuestro hijo pequeño, y grabando con la cámara todo el desenlace final…
Tremendo, mis pies eran dos ampollas gigantes de las que no me había dado cuenta, mi rodilla temblaba y apenas podía quedarme de pie, entré en el control, me entregaron el avituallamiento final y por fin puede saborearlo… Finisher de un medio maratón!!!
Y sí, los niños llevaron sus cartulinas llenas de mensajes para su padre, y estuvieron animándome en los primeros tramos de la carrera, me dieron mucha fuerza y fueron el estímulo para que pudiera acabarla. Aunque María, todo te lo debo a ti. 😉
Finihser II Media Maratón Plasencia 01:55:45
Brutal la cronica. Ahora tienes que hacer la de tu mejor marca.
Gracias Víctor, sin duda esta es mi carrera favorita, y no precisamente por la marca… si no por todo lo que supuso, y sobre todo por la gran recompensa de entrar en meta como entré y con quien entré…
Tremenda crónica Rebate.
Gracias Edu, espero leer tu crónica «mi primera maratón» algún día. Ahora a recuperarse.
Muy grande Miguel, ahora a seguir creciendo!!
Gracias José Mari, esperando la gran crónica del Maratón Valencia 2014 😉
Q crack ,ahora la del pollito
Jajajaja. Ya tengo el título para la crónica de esa carrera (media Elvas Badajoz), sería: «Dadme un paloooooo, dadme un paloooo» jajaja
Miguel Rebate eres el puto amo,impresionante,enhorabuena.
Gracias Michel, tu siempre tan expresivo… 😉
Espectacular crónica! Pone los pelos de punta!
Gracias Sandra, me alegra mucho leer tu comentario. Un brazo.
Ole ole tus cojones, te lo digo así por que ya sabes que no soy de leer mucho… y lo he leído todo!
Gracias Manuel, a ver cuando te animas y sales conmigo a rodar un poquito… 😉
Muchísimas felicidades Miguel!! Me has hecho recorrer contigo cada tramo de la carrera…y enhorabuena porque has encontrado en tu familia la mayor motivación y fuerza para poder lograr lo que te propongas. Un abrazo.
Gracias M.luz, esa era la idea!
Me alegro de haberlo conseguido.